miércoles, 28 de mayo de 2008

Lo que es verdad, y lo que es mentira

De toda la diatriba con la que nos bombardean los defensores del cambio climático provocado por el hombre, identifico aquellas partes que son verdad y las que son mentira:

ES VERDAD: Que hay un cambio climático en curso. Es un hecho que la temperatura media del planeta subió 0.7ºC durante el siglo XX. Aunque puede haber errores en las mediciones terrestres y cierta influencia de las islas de calor urbanas, el error no sería grande en cualquier caso, y una afirmación de que las temperaturas han subido, al menos, 0.6ºC en promedio, es muy fiable.

ES VERDAD: Que el hombre tiene cierta influencia en el cambio climático que se está produciendo. Es seguro que, al menos, parte del calentamiento experimentado se debe al incremento de los gases de efecto invernadero, debido a nuestras emisiones en la quema de combustibles fósiles.

ES MENTIRA: Que toda la subida de temperaturas experimentada hasta ahora sea debida a la mano del hombre. En particular, gran parte de la subida de temperaturas experimentada entre 1975 y 2005 se debe a la conjunción de las fases calientes de dos ciclos existentes en las temperaturas del Pacífico: ENSO (Pacífico sur, cambia cada 11 años) y PDO (Pacífico Norte, cambia cada 30). Ambos ciclos están ahora cambiando a sus fases frías y tienen una elevada incidencia sobre las temperaturas del planeta. En consecuencia deberíamos esperar cierto enfriamiento a corto plazo (10 años) y estabilidad a medio plazo (30), similar a lo que ocurrió entre 1940 y 1970, aunque todo ello quede inmerso en una tendencia global al alza.

ES VERDAD: Que si el planeta se calienta, subirá el nivel de los océanos, debido fundamentalmente a la expansión térmica del agua, que estando más caliente ocupa más volumen.

ES MENTIRA: Que la desaparición del hielo en el ártico tenga un efecto directo sobre el nivel de los océanos. El hecho de que se funda cualquier cantidad de hielo que flota en el agua, y ese es el caso del ártico, no modifica en absoluto el nivel del agua, porque el volumen ocupado por el agua que procede del hielo fundido es exactamente igual al que ocupaba la parte sumergida del hielo flotante antes de fundirse.

ES VERDAD: Que si lo que se funde es hielo emergido, es decir, hielo situado sobre tierra, entonces el nivel del mar se incrementaría.

ES MENTIRA: Que tal cosa esté pasando en niveles apreciables. Las principales reservas de hielo emergido en La Tierra están en la Antártida (descomunal) y Groenlandia (bastante). Con respecto a La Antártida, cada vez está más fría. El resto del planeta se está calentando, pero La Antártida se está enfriando, y hay poco peligro de que se funda ningún hielo allí. En cuanto a Groenlandia, si bien es cierto que sus glaciares se están retirando, medidas del espesor de hielo en el interior han mostrado un incremento de medio metro en los últimos años. En otras palabras, menos metros cuadrados de glaciares, pero más hielo por metro cuadrado en su interior. Además, el incremento de las precipitaciones en el interior de Groenlandia es una consecuencia directa de su calentamiento, y al ser en forma de nieve, esta tendencia al aumento del espesor del hielo en el interior no puede sino incrementarse.

ES MENTIRA: Que la subida del nivel del mar debido al calentamiento del planeta vaya a producirse, ni remotamente, a los niveles predichos por los modelos manejados por el IPCC. De acuerdo con esas predicciones, con el calentamiento de 0,7ºC que ya llevamos experimentado deberíamos haber visto una subida del nivel del mar bastante superior a la observada.

ES VERDAD: Que las emisiones del hombre están haciendo que se incremente la concentración de CO2 en la atmósfera, y que eso redunda en calentamiento global.

ES MENTIRA: Que la cantidad en que se incrementa el nivel de CO2 registrado en la atmósfera dependa únicamente de cuánto emitimos. El CO2 en la atmósfera presenta variaciones estacionales todos los años, mucho más acusadas que su tendencia general. De hecho, todos los veranos, entre los meses de Junio y Octubre aproximadamente, la cantidad de CO2 registrada en la atmósfera cae entre 5,5 y 6,50 ppm. Esto se debe a que durante el verano, todas las plantas en el Hemisferio Norte están creciendo, y en el proceso absorben mucho más CO2 del que emitimos. El fenómeno no es tan fuerte en el hemisferio sur porque hay mucha menos tierra emergida y con plantas allí. En consecuencia, en invierno el planeta pierde la batalla y las emisiones son superiores a lo que es capaz de absorber. Pero lo que hay que resaltar es que la cantidad en la que ganamos la batalla cada verano se ha mantenido constante desde 1950 a pesar de que emitimos muchísimo más CO2 que en los 50. Esto significa que el planeta también está absorbiendo mucho más CO2 que en los 50, en esa época del año. Y eso se debe fundamentalmente a que la fotosíntesis en el Hemisferio Norte mejora a medida que aumentan las temperaturas y que hay más CO2 disponible en la atmósfera. Esa es la razón principal por la que el ritmo de crecimiento de la concentración de CO2 en la atmósfera bajó ligeramente entre los años 80 y los 90, pese a que nuestras emisiones se incrementaron, y mucho. Pero el hemisferio norte también se estaba calentando a toda pastilla, y eso mejoraba la capacidad de absorción. Resumiendo: cuanto más nos calentemos, más CO2 será capaz de absorber el planeta por sí solo, y si nuestras emisiones dejasen de crecer en este momento, el ritmo de crecimiento de la concentración de CO2 en la atmósfera no permanecería constante sino que caería poco a poco.

ES VERDAD: Que los modelos utilizados por el IPCC, aplicados retroactivamente al periodo 1979-1999, dan lugar a una expectativa de calentamiento de la superficie terrestre que coincide con el calentamiento que hemos observado.

ES MENTIRA: Que lo haga por los motivos correctos. Las predicciones climáticas de los modelos del IPCC promedian distintas realizaciones, y al considerar aleatorias las ocurrencias de fenómenos como El Niño o La Niña y no dar importancia a los ciclos de las oscilaciones del Pacífico, es como si las ignorase. Es decir, sus predicciones son válidas en ausencia de tales fenómenos o en períodos de tiempo donde su influencia total es cero, y sólo cuenta el calentamiento provocado por los gases de efecto invernadero. Pero en el período de tiempo entre 1979 y 1999, la realidad es que hemos estado en la parte caliente del ciclo PDO, y que ha habido más fenómenos de El Niño que de La Niña. En consecuencia, parte del calentamiento experimentado se debe a estos fenómenos, y no puramente a los gases de efecto invernadero. Esto se traduce en que los modelos exageran la sensibilidad del clima terrestre a las variaciones de las concentraciones de los gases de efecto invernadero. Y esto es lo que vamos a comprobar con más facilidad a corto plazo, pues el enfriamiento que nos toca experimentar gracias a estos ciclos será contrario a las predicciones de continuo calentamiento propuestas por los modelos climáticos.

lunes, 19 de mayo de 2008

Glosario

AGW: "Anthropogenic Global Warming", o lo que es lo mismo, Calentamiento Global provocado por el Hombre. Estas siglas suelen hacer referencia tanto a la corriente de pensamiento que defiende que el Calentamiento Global está provocado por el hombre, como al fenómeno de calentamiento en sí.

Albedo: Porcentaje de la luz incidente que es reflejada por un cuerpo, y no se absorbe. El albedo terrestre es el porcentaje de la energía del Sol que la Tierra no absorbe sino que refleja de vuelta al espacio. El grado de nubosidad existente y la cantidad de superficie sin nubes pero nevada son los dos factores que más pueden modificar el albedo terrestre. Además, ciertas erupciones volcánicas de inusitada violencia como la del Monte Pinatubo a principios de los 90 pueden arrojar gran cantidad de partículas que se quedan en suspensión en la atmósfera durante meses incrementando el albedo terrestre y dando lugar a un efecto de enfriamiento.

Ciclo Solar: ver "Solar Cycle".

Cosmic Rays: Rayos cósmicos. Este término hace referencia a la lluvia constante de partículas cargadas que sufre nuestro planeta, procedentes del espacio. Su importancia sobre el clima está en que hay científicos que afirman que tienen una cierta influencia sobre el proceso de formación de nubes, al facilitar con su impacto la formación de núcleos de condensación entorno a los cuales se forman las gotas de agua. Un aumento del flujo de rayos cósmicos facilita por tanto la formación de nubes, que generan un efecto de enfriamiento sobre el planeta al aumentar su albedo. Los rayos cósmicos que llegan desde el espacio a las inmediaciones del Sistema Solar tienen su origen fundamentalmente en las explosiones de supernovas, y pueden suponerse prácticamente constantes a escalas de cientos de años. Sin embargo la cantidad de ellos que llegan a nuestra atmósfera viene modulada por el Viento Solar, que depende del Ciclo Solar.

ENSO: "El Niño Southern Oscillation". Un fenómeno bien conocido pero difícil de predecir, por el cual la temperatura superficial de las aguas del pacífico sur sufre anomalías prolongadas que pueden alcanzar más de 2ºC de temperatura. Si la anomalía es positiva (temperaturas por encima de la media para esa época del año), estamos en una situación de "El Niño", y si es negativa, "La Niña". La anomalía para un trimestre determinado debe ser superior a 0,5ºC y debe mantenerse durante al menos 5 meses consecutivos para que la situación pase a calificarse como "Episodio". Los episodios de uno u otro signo comienzan no antes de Mayo, y normalmente lo hacen ya entrada la segunda mitad del año y hasta bien empezado el año siguiente, y afectan fundamentalmente a las temperaturas globales del año siguiente. Así, en el fuerte episodio de "El Niño" de 1998, año con el récord de temperatura global de todo el siglo XX, la anomalía del Pacífico Sur empezó en realidad en Mayo de 1997 (muy temprano) y terminó en Abril del 98. El retardo típico entre las anomalías del Pacífico Sur y cómo afectan a las temperaturas de la superficie terrestre es de unos 6 meses. "La Niña" enfría, mientras que "El Niño" calienta.

LIA: "Little Ice Age", período de tiempo especialmente frío, en Europa y a nivel global, que tuvo su máxima expresión en el siglo XVIII entorno a 1750, con olas de frío frecuentes que causaban estragos. El río Thamesis se congelaba en invierno. Desde la LIA del siglo XVIII la temperatura media del planeta se ha venido incrementando. Hay dudas sobre si parte del Calentamiento Global que hemos experimentado durante el siglo XX se debe a que todavía estamos saliendo de la Little Ice Age o si por el contrario ya hemos superado la época de frío por completo y todo el calentamiento experimentado se debe a la mano del hombre.

MWP: "Medieval Warm Period", también llamado "Medieval Climate Optimum", u Óptimo Climático Medieval. Período de tiempo de varios siglos de duración, aproximadamente entre los años 800 y 1200 de nuestra era, donde diversas pruebas arqueológicas e históricas demuestran que, al menos en Groenlandia y en Europa, las temperaturas medias eran sensiblemente superiores a las actuales. Existen, sin embargo, discrepancias sobre si esto fue un fenómeno puramente local o extensible a toda la temperatura mundial. Entre las pruebas encontradas, se sabe que el clima fue lo bastante benigno como para que fuese posible cultivar viñedos en las islas británicas, y que permitió que los Vikingos colonizaran Groenlandia, a la que llamaron "Greenland", "Tierra Verde", por sus verdes pastos y no por su hielo y nieve. Además según se han ido retirando los hielos de determinados glaciares en Los Alpes y en Groenlandia, se han encontrado sedimentos que datan de la época medieval y que prueban que en dicha época los glaciares también se habían retirado, al menos, tanto como ahora, y durante un largo período de tiempo. El término Óptimo Climático Medieval tiene connotaciones claramente positivas: las altas temperaturas, lejos de traer consigo terribles cataclismos climáticos sobre los europeos, vinieron más bien asociadas a un bienestar climático generalizado.

PDO: "Pacific Decadal Oscillation", al igual que ENSO, es una anomalía en las temperaturas del Pacífico, pero en esta ocasión hablamos del Pacífico Norte (por encima de 20ºN). A diferencia de ENSO, las oscilaciones entre las fases fría y caliente del PDO suelen durar entre 15 y 30 años. En la fase fría, el Pacífico Norte junto a la costa americana está frío, y la parte más próxima a Asia se calienta. En la fase caliente sucede al revés. Las fases se llaman frías o calientes porque tienen una influencia clara en las temperatura global en esos sentidos. El siglo XX comenzó con una fase caliente, que cambió a fría en los años 40, volvió a cambiar a caliente a finales de los 70 y está volviendo a cambiar a fría ahora. Esta oscilación es en gran parte responsable del calentamiento experimentado hasta 1940, el enfriamiento posterior hasta los 70, y la última etapa de calentamiento hasta hoy. Su efecto reciente sobre las temperaturas se ha superpuesto al del incremento del efecto invernadero, haciéndolo parecer más grave de lo que en realidad es.

Solar Cycle: Ciclo solar. Es un ciclo que describe el comportamiento magnético del Sol, ya que en cada ciclo la polaridad del Sol es la contraria al ciclo anterior. Los ciclos se caracterizan por la evolución de las manchas solares, que empiezan siendo poco numerosas, luego aumentan en frecuencia y hacia el final del ciclo vuelven a ir desapareciendo. Estos ciclos duran 11 años en promedio. Su importancia sobre el clima radica en el conocido efecto de calentamiento que desencadenan las manchas solares. Aunque llevan asociado un aumento de la energía que recibimos del Sol, dicho incremento es muy leve, imperceptible a efectos prácticos. Su efecto más importante sobre las temperaturas no es por tanto ese incremento, sino otro: las erupciones solares arrojan gran cantidad de materia al espacio que viaja a gran velocidad, aumentando el Viento Solar. Dicho Viento Solar actúa como un parguas sobre La Tierra disminuyendo el flujo de Rayos Cósmicos que penetran en la atmósfera, y esto a su vez provoca un descenso de la nubosidad y un efecto de calentamiento por la reducción del albedo terrestre. En otras palabras, más manchas solares equivale a menos nubes, y viceversa.